3 de abril de 2010

MIL APLAUSOS

Tu nombre dejó tu rostro
y tu rostro dejó tu nombre
entre mujeres y hombres
del gran pueblo chileno.

Tu alma quedó en el seno
de América por los Andes
porque siempre fuiste grande
aún después de tu muerte.

En Chile cambió la suerte
con el triste asesinato
y un traidor muy barato
al pueblo quitó la fe.

Fué Augusto Pinochet
el autor de tu homicidio
aquel que con genocidio
implantó la dictadura.

Pero tu voz, tu dulzura
tu corazón, tu nobleza
ha sido una gran riqueza
para aquellos que te amamos.

Por eso te recordamos
como llama que se enciende
porque tú, Salvador Allende
te mereces mil aplauso.

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